Emrod Daosin - Clerigo de Kord y Arqueologo

Creado por Cristian

Apariencia

• Origen: Tribu guerrera nomade
• Raza: Humano
• Edad: 35 años
• Altura: 1.85m
• Peso: 89kg
• Ojos: Castaños
• Cabello: Corto y negro
• Piel: Caucásico
• Rasgos característicos: Fornido y musculoso, barba un poco descuidada, voz grave. 
• Ropas predilectas: Ropas blancas de clérigo algo sucias y desgastadas.

Personalidad

• Motivaciones

El objetivo de Emrod es esparcir la filosofía de Kord en el mundo. Esta consiste en que es la fuerza la que mueve al mundo y debe aplicarse de forma sabia y constructiva. Ayudar al desvalido, castigar al inicuo.

• Miedos

Fallar en su misión sería el único miedo de Emrod. El coraje es su mayor atributo.

• Le gusta

La buena cerveza, los amigos, Kord, las competencias físicas y los estudios arqueológicos.

• Le repugna

El mal, la cobardía, la opresión y la política.

• Rarezas / manias

Único ser en el mundo que ha coleccionado todos los números de las camboyanas mágicas.
Además de ser un clérigo, tiene las profesiones de modisto y arqueólogo.

Orígenes

• Padres: Urf el Morado y Garea Daosin
• Pais / Region / Poblado

Continente de Asteruth, nace en las llanuras, parte de un pueblo bárbaro y nómada.

Afiliaciones

• Religión: Iglesia de Kord / Superior: Ninguno
• Pais Actual: Asteruth / Region / Poblado: Arus
• Afiliación: El puño de Kord (grupo elite de la iglesia de Kord). Único miembro con vida.

Posesiones relevantes

• Casa en Arus (con sirvienta).
• Casa en el plano de las sombras (equipada para ejercer la profesión de modisto).

Biografia

"Nace en una tribu nómada y guerrera, demostrándo a corta edad tener una gran capacidad física y un excepcional manejo del Espadón. Pero además de ser un chiquillo inquieto Emrod a ratos gustaba de la contemplación y la meditación, un aspecto que si sus padres no fuesen tarados iletrados, entenderían como bipolaridad, pero que en realidad era una conexion directa con la divinidad.

Cuando Emrod cumple 10 años, se encuentra con su destino. La tribu se instaló en un páramo, cerca de unos extraños monolitos y Emrod y un par de amigos se dirigieron a estas estructuras. En la roca más grande había una inscripción, una figura de 4 flechas apuntando a los 4 puntos cardinales. Inquieto, toca la inscripción y se abre un pasaje. Sus amigos huyen, pero Emrod se siente tranquilo y se adentra en una cueva, oscura pero acogedora. En el interior encuentra a 6 personas realizando un ritual, estas personas eran clérigos de Kord, y asombrados ven al pequeño muchacho y se preguntan como entró. Después de una conversación caen en cuenta de que el pequeño tiene fuertes lazos con su Dios, y que puede que haya sido la providencia la que unió sus caminos.

Con la venia de sus padres, Emrod parte al monasterio de los clérigos y se ordena para servir al Dios de la fuerza. Quizá Emrod no es el más aplicado, pero destaca de entre otros acólitos en que potencia su fuerza natural con el poder divino de Kord, y por señales, se nota que a su Dios tb le agrada.

Así Emrod crece como uno de los clérigos más diestros de su congregación. Un día es ofendido por un celoso compañero, Gaios, el cual le dijo que no era más que una montaña de músculos sin cerebro [Lamentablemente Emrod era bastante flojo en las cuestiones de la religión, y su ímpetu le jugaba malas pasadas cuando se trataba de tareas relacionadas con el conocimiento], pero a todos sorprendió cuando en lugar de partirle la cara a Gaios, se dedicó a seguir la profesión más complicada en el continente, la que requería más estudio: Arqueología.

En sus estudios de Arqueología Emrod fue enviado a un extraño continente para investigar sobre su naturaleza y extraños sucesos que ocurrieron allí. Pero durante su jornada algo salió terriblemente mal, el grupo de arquéologos del cual formaba parte se encontró con un grupo de aventureros que los llevó hasta un peligro mortal, arañas asesinas que mataron al resto de los arqueólogos mientras los que los indujeron a entrar se marcharon con una esfera.

Emrod sabe que el engaño y el crímen que causó la muerte de sus compañeros debía ser vengado y esa justicia divina sería ejecutada por él. La sangre de bárbaro hervía en su interior nuevamente y clamaba por la sangre del culpable. Sabía bien que era Therion el que planeó la emboscada y su señor lo llevaría ante él.

Tardó un poco, pero Emrod consiguió que el fuego divino se precipitara sobre el cuerpo del viejo. La voluntad de Kord se cumplió y el castigo ejecutado. Todo esto se desarrolló en un pasillo en el cual se encontró con un extraño elfo llamado Baltus l cual decía ser un viajero en el tiempo que me conocía (aunque nunca me convenció de eso, su aura no mostraba maldad ni mentira se veía en lo que decía). Estabamos ahí para enfrentarnos a un tipo muy peligroso, un semidragón asesino (estaba llevando a cabo otra venganza por la muerte de unos inocentes) y estos tipos llamados el círculo de fuego estaban tras el mismo objetivo.

Tuve un par de enfrentamintos con este semidragón, del cual apenas salí con vida combatiendo junto al elfo arquero Baltus, debiendo reconocer que me faltaba poder para lograr derrotarlo por lo que decidí volver al continente y explicar la situación que estaba ocurriendo. Me separé así del círculo de fuego y le entregué un anillo a Baltus para que en caso de necesitar mi ayuda me contactara, el iba de viaje a Haldor su tierra natal y al parecer podía correr riesgos.

No me equivoqué y un tiempo después recibí la llamada y acudí a a quel continente. Averigué sobre Baltus, pero en mi búsqueda me topé con otro miembro del círculo, gennesh y me enteré del terrible peligro sobre la vida de una pequeña y el reino. Intenté junto a gennesh detener el magnicidio que plantaba Budweiser, pero nuevamente mis poderes no pudieron detener al peligroso sujeto. Haldor cayó n su poder y yo sólo pude informar de esto a mi Iglesia, sin poder detenerlo.

Unos años después de aquel incidente, un importante miembo de la iglesia, del puño de kord y viionario, me señaló que un gran poder amenazaba al mundo y que estaba relacionado con la investigación que efectué en el concilio de dragones. Se me pidió partir en una fatídica expedición de la ual nadie además de un clérigo de tempus pudo sobrevivir puesto que una tormenta ahogó al resto de mis compañeros. Mis aventuras en ese continente por ubicar al viejo therion de quien tenía noticias respecto a las armas me llevaron a enfrentarme a asesinos despiadados. Un dragón que asesinó a otro de su especie y que fue ajusticiado por mi espadón y un grupo de mercenarios que atacó despiadadamente a la gnte de opeth y que lograron huir de la venganza.

Pero lo peor estaba por venir y tras cruzar el Paso de Brorin me enfrenté a una peligrosa criatura llamada drakuliano que custodiaba una de las armas legendarias que aparecía en la visión del visionario. Nuevamente mi poder no fue suficiente para sacarnos de ahí con vida, pero mi dios me trajo a la vida y el resto tb pudo vivir de nuevo. Se me pidió custodiar la daga de Hyperion, una de las armas legendarias, aceptando la carga de potegerla mientras huimos del continente asediado por dragones. El ataque de esas criaturas debía ser detenido y necesitaba llegar pronto al continente para alertar de ello.

Fue camino a Arus, en las aguas a bordo de un barco de diseño drow y en el que viajaba con gennesh y brunt, que apareció ante mi un grupo llamado El puño de Kord, héroes dentro de mi iglesia cuya labor es realizar las más complicadas misiones que Kord le pide a sus súbditos. Ahora, según me contaban, se me había elegido como mimbro de tan prestigioso grupo y que ellos protegerían la peligrosa arma legendaria para que no despertara Vajamuth.

Por Cristian"